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Foto del escritorContador Público México

LOS VASOS ROTOS

En la oficina se suele hablar con naturalidad de una “niña”, la cual suponemos su alma ronda lo largo del lugar puesto que en repetidas ocasiones hemos escuchado como suele jugar con las sumadoras, los mouse y teclados de las maquinas que no están en uso. Sin embargo, hoy les vengo a contar un suceso que en lo personal no creo que haya sido dicha niña, sino un espectro mucho mayor.

Era un día habitual de trabajo, todas las compañeras estaban en sus respectivas actividades y cabe mencionar que aun lado de mi lugar de trabajo se encuentra la cafetería, que es un espacio pequeño y del cual comparto pared con la misma, por lo que percibo los ruidos que se hacen dentro de ella muy definidos y muy de cerca; entre el silencio que existía en la oficina en general, de la nada se escuchó o un ruido bastante estruendoso como cuando se cae vasos o platos de vidrio y estos mismos se rompieran, lo que me hizo pensar que nuestra compañera que se encarga de la limpieza, al colocar los vasos en el anaquel de la cafetería, tal vez no los colocó bien y estos cayeron provocando dicho ruido; incluso hice un comentario -hay esa Chelita puso mal los vasos- me levanté de mi asiento para corroborar el hecho y al momento de abrir las puertas de la cafetería ¡oh sorpresa!, todo estaba en orden, entre todas comentamos que posiblemente se le cayó algún vaso a nuestra compañera en el estacionamiento, puesto que es el camino hacia el fregadero donde solemos lavar los trastes. Proseguí a asomarme a dicho espacio y decirle a nuestra compañera - ¿qué se te cayo Chelita? – a lo que Chelita respondió – ¿que no fue allá adentro? – por lo que puedo asegurarme de que ella también escucho el ruido y efectivamente de ese lado también estaba todo en orden.


Cabe mencionar que en el primer piso también hay actividad y muy tranquilas todas dijimos, seguro fue arriba, nos despreocupamos y dejamos que pasara el tiempo. Ese mismo día, un par de horas más tarde bajó una de las personas del primer piso, al acercarse a saludarnos sin tocar nosotras el tema nos preguntó - ¿qué se les rompió hace rato? - y la reacción unánime y en ya en un tono un tanto asombroso fue - todas pensamos que fue allá arriba - y en ese momento caímos en el “20” de que en realidad solo fue un ruido fantasmal del cual nadie pudo tener explicación; ya sé, todos dirán que fue en el predio de un costado, pero la pared que comparte con el predio vecino dirige hacia un patio, por lo que no existe la posibilidad de que a los vecinos se les cayeran los vasos en esa zona. Hoy sigue siendo un misterio sin resolver, pues el ruido fue tan grande que todos en el predio lo escuchamos y al parecer nadie fue y nadie supo ni sabrá nada al respecto.

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